domingo, noviembre 13, 2011

El ritmo de las sesiones.

Para que una sesión funcione es importante ser muy cuidadoso con el ritmo de esta. Como si se tratara de una obra de teatro, hay que cuidar los tiempos de cada sección, la explicación de cada ejercicio, el cansancio del grupo, la motivación, etc.

Una de las manares más fáciles para planificar una sesión es utilizar la estructura aristotélica como base (inicio, nudo y desenlace). De esa base, vamos variando los objetivos didácticos y  la "respiración" del grupo. 

Pongamos por ejemplo que ya llevamos algunas clases, que son un grupo de jóvenes de escuela y están nerviosos por los exámenes (es importante analizar siempre el contexto dado). Nuestra idea fija en los objetivos es trabajar improvisaciones y empezar a buscar ideas para la creación de la obra. Entonces tenemos que plantear la sesión de manera que el grupo se encuentre de forma cómoda con el núcleo de esta (improvisaciones y reflexión).

Inicio:

Hay profesionales que delante de grupos muy nerviosos y activos apuestan por empezar con relajaciones. En mi caso me suele funcionar mejor realizar juegos de concentración y desmecanicación en grupo y en círculo. Esto genera un clima de trabajo  activo, de concentración y con todo el grupo a la "vista". 
En grupos con un nivel de predisposición y concentración elevados, los ejercicios de relajación y predisposición corporal son excelentes. 

Nudo:

Para introducir el lenguaje del tema central de esta clase podemos hacer algunas improvisaciones en grupo o en parejas. Después de esto podemos empezar a hacer improvisaciones puras (sin casi preparación) y/ o impuras (con mas preparación previa).
De forma natural podemos reconducir el trabajo hacia la búsqueda de temáticas que a ellos/as les interesan proponiendo que construyan improvisaciones sobre algún tema de su entorno, de sus hobbys, etc.

Desenlace:

Siempre es importante cerrar de alguna manera la sesión. El tiempo a dedicar depende de lo que queramos conseguir.
Una de las posibilidades más comunes es con una relajación, visualización y/o masaje si se quiere "bajar" y recoger la sesión de forma tranquila. Otra posibilidad es proponer juegos de grupo muy activos que generen entusiasmo y compañerismo (Tomate Rojo, Samurai...), sobretodo para cierres de cursos, antes de una actuación o en grupos divididos. 
Y por último, el cierre con evaluaciones habladas o dinamizadas. La evaluación no excluye lo anterior, es decir que se puede hacer todo.
En el caso de la sesión que he puesto como ejemplo, yo "recogería" debatiendo temáticas e intereses de cada individuo para la creación de la obra.


Siempre insisto en que en la pedagogía teatral no hay formulas cerradas y tenemos que aprender a escuchar los tempos del grupo para poder adaptarnos a las necesidades del momento. Tener bien preparada la sesión nos dará la seguridad para ello.

Situaciones excepcionales

1) Me ha sucedido muchas veces que el grupo está muy disperso y con boicoteadores/as. Después de estar un rato intentando reconducir la clase con dinámicas veo que no puedo. En este caso no hay que tener miedo de parar la sesión, sentarnos en circulo y hablar de lo que está pasando. Después se puede retomar des de donde estábamos o seguir la reflexión con ejercicios (de evaluación, Teatro del Oprimido...) 

2) Hay que tener en cuenta con grupos grandes que con los ejercicios de presentación individual y las improvisaciones en parejas o grupo y con público-clase se pueden alargar eternamente. Vigilar eso y adaptarlo.

3) En el mismo orden que la situación anterior pero a la inversa: con los grupos muy pequeños puede suceder que os "liquidéis" la sesión programada muy rápido y tengáis que improvisar. Es por esto que yo siempre aconsejo tener algunos ejercicios de reserva.

4) ¿Qué sucede cuando el grupo tiene muchas ganas de hablar y reflexionar? Es una situación que se da mucho en talleres de T. Social y del Oprimido. Es muy interesante generar estos espacios y depende del tallerista el tiempo que le dedique. Hay que observar que se genere espacios para que todos/as puedan participar, sin tener miedo a los silencios del grupo. Pero hay algunas trampas en estos espacios de conversación: hay personas con mucho don de la palabra y con miedo al trabajo práctico que se "aferran" a este espacio hablado. Tener cuidado que no se rompa el ritmo de la clase y la energía baje mucho.

Seguramente hay muchas otras situaciones o dudas relacionadas con este tema. Si es así me las podéis plantear a ver si tenemos experiencias que nos ayuden.

El tempo es un concepto abstracto que se aprende a escuchar con la experiencia y mucha confianza en nuestra intuición, que nos va dando pistas continuamente.

Bibliografía:

Hay mucho escrito sobre dinámicas teatrales pero en los años que llevo dando talleres me he encontrado poca información sobre el tema. En el libro; Juegos para un taller de Teatro de Alfredo Mantovani y Rosa Inés Morales, nos cuentan algunas pautas a seguir sobre como estructurar una clase.